Refugios de Rosi Orozco deben ser cerrados, especialistas
Ante el abuso sexual ocurrido en el refugio varonil de la organización Comisión Unidos Vs Trata, encabezada por Rosa María de la Garza Ramírez (mejor conocida como Rosi Orozco), en contra de dos niños de 9 y 11 años, especialistas en derechos humanos aseguran que los refugios deben ser cerrados por no garantizar la seguridad de los menores víctimas de trata

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En entrevista con Contralínea, Teresa Ulloa Ziáurriz, directora Regional en Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC), señala que es muy grave lo ocurrido en un lugar que, se supone, debía protegerlos. Ello, luego de que este semanario reveló que los menores refugiados quedaban solos en las noches y fines de semana.
La experta indica que otra irregularidad es que, aunque los delitos sucedieron en la Ciudad de México, la denuncia se presentó en el Estado de México. Ello, "por las relaciones que tiene Rosa Orozco con el gobernador [Alfredo del Mazo Maza]. Yo le arrobé la copia del texto (https://bit.ly/3aUq7UO) a la fiscal General de la Ciudad de México [Ernestina Godoy], porque creo que no es a elección de la gente, es donde esté su competencia".
La defensora de víctimas de trata asegura que los refugios que atienden esta grave problemática deben contar con personal especializado y que dé acompañamiento constante. Ello, porque quien ha sido víctima de violación o de explotación sexual "se le despierta la libido antes de tiempo. Por eso en ese tipo de refugios debe haber una vigilancia mayor".
Teresa Ulloa Ziáurriz explica que la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de México y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que es facultad del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF) estar a cargo de supervisar el funcionamiento de estos centros que atienden una de las problemáticas más delicadas que aquejan al país.
La experta expone que los refugios que atienden a víctimas de trata tienen que contar con trabajadoras sociales, psicopedagogas, psicólogas, jefes de dormitorio o de grupo "que vivan con ellos, que duerman ahí y que estén al pendiente todo el tiempo. Tiene que haber un circuito cerrado que registre las salidas y entradas de las habitaciones, sin vulnerar la intimidad".
Como un mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador, Teresa Ulloa advierte que la exsenadora por el Partido Acción Nacional, Rosi Orozco, "todavía tiene predios que corresponden al Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, entregados desde el tiempo de[l expresidente] Felipe Calderón".
Ante la gravedad de los hechos, exige que a Rosi Orozco se le cancelen las "posibilidades de que siga usando a los niños, a las niñas, a las jovencitas para seguirse enriqueciendo y viviendo de las víctimas de trata; porque no hay ética, no hay conocimiento y porque desde hace tiempo que venimos denunciando todo lo que pasa en los refugios de esa señora".
Los refugios no deben ser almacenes
Para el director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia de México (Redim), Juan Martín Pérez García, los abusos y violaciones sexuales contra menores no deben normalizarse. Ello, luego de que Rosi Orozco declarara a Contralínea que estos delitos "ocurren en todos lados".
"No es que sea normal ni aceptable que ocurran violaciones entre adolescentes y niños en los albergues. Aunque esto sí sucede, esencialmente es una responsabilidad del mundo adulto. Cada institución y persona que está al frente de un Centro de Atención Social (CAS) o un albergue es la responsable de lo que suceda al interior".
El defensor de los derechos infantiles expone que Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes expresamente pide que se tenga a personas con un nivel de "licenciatura, no pasantes, no voluntarios, no personas de buen corazón, sino gente profesional" para atender a este sector de la población.
Los niños no pueden estar en un almacén de personas, dice el titular de la Redim. Deben estar en un lugar de cuidado alternativo, esto significa que los adolescentes no pueden convivir o estar sin protección con niños y niñas más pequeños.
"No podrían estar niños y niñas, si no hay las medidas físicas y el personal suficiente para que puedan estar en un lugar, porque no hay que olvidar que los niños y niñas que están en cuidados alternativos vienen de historias de violencia y vienen de historias muy complejas. Es muy posible que los niños y niñas estén reproduciendo prácticas de las cuales fueron víctimas; es decir, sin justificar, porque esto es un acto que necesita investigación y sanción, pero es muy posible que estos adolescentes fueran también víctimas de violencia sexual. Adquieren el doble rol, fueron víctimas y, ahora, son presuntamente victimarios. Claramente no hay ninguna justificación para decir que esto sucede en todos lados", comenta.
Hace falta supervisión y refugios
Otra de las problemáticas que enfrentan las víctimas de trata es que, además de la falta de supervisión de las autoridades, no existen los suficientes refugios para su atención.
Mariana Wenzel, co-fundadora de la Asociacio?n Nacional contra la Trata Humana en la Sociedad (Anthus), expone que "un refugio no solamente es una casa con buena voluntad que le abre la puerta a una víctima: para llamarse refugio, hay que tener un modelo de atención profesional. Esto es, con instalaciones adecuadas, con cámaras, buena ubicación, evitar artefactos que puedan propiciar un suicidio, por ejemplo; incluso, cortinas sin cordón porque sabemos que una víctima de trata muchas veces viene con un estrés postraumático o bien con intento de suicidio".
—¿Quién debe estar en un refugio?
—Nosotros somos bastante estrictos. Antes de tener el personal se debe tener el modelo y tener bien las limitaciones: qué puedo atender y qué no puedo atender, qué edades. Tenemos espacio para consumidores de drogas, pero hay algunas drogas que no podemos permitir; por ejemplo, cuando viene una víctima adicta a la heroína no podemos recibirla porque el síndrome de abstinencia es muy fuerte y porque el porcentaje de éxito es muy bajo. Una víctima que tiene adicción a la heroína podría poner en riesgo a todas las demás víctimas.
Es por ello que considera que lo primero que se requiere para tener un refugio es el modelo de operación, pues con éste se conocen las limitantes: "qué puedo hacer y qué no, qué soy y qué no soy. Después, ver qué áreas voy a atender. Al saberlo [lo siguiente] es encontrar al personal especializado, personal con mínimo una licenciatura en el área. Les pedimos la licenciatura, la cédula y años de experiencia, gente que conozca la perspectiva de género que es muy importante, que conozca de temas de violencia.
"No podemos pedir expertos en trata porque es un tema que desgraciadamente no es tan común, pero una persona que tenga estudios, experiencia con violencia de género, sirve bastante. Después, ese personal, ya que pasó algunas entrevistas, tiene un curso de inducción en donde le vamos platicando cómo es la causa, qué es el tema de trata y realmente tiene que ser una persona con vocación, compromiso, pero que también tenga el carácter para atender a una víctima de trata, que conozca el tema y qué se puede presentar; cómo es una víctima, el tema de la manipulación, porque hay muchas características que presenta una víctima de trata por el tema en el que vivió", expone.
Al respecto, Carolina Pavón, subdirectora de Información de la Dirección de Comunicación Social del DIF, comenta a Contralínea que el caso de los refugios de Rosi Orozco es un tema que analiza ya "el DIF de la Ciudad de México, e incluso la Fiscalía local. Nosotros, como nacional, primero pasa a la instancia local, que es el DIF de la Ciudad de México… Ahora, la supervisión [de los refugios] está a nivel nacional, pero entiendo que ellos ya están tomando cartas en el asunto".
Como la mafia, Rosi Orozco impone "pacto de silencio" a sus empleados
Las pocas personas que emplea Rosa María de la Garza Ramírez (conocida como Rosi Orozco) en dos refugios para la atención de niños y niñas víctimas de trata, a través de la asociación civil que preside: Comisión Unidos Vs Trata, han sido sometidas a un "pacto de silencio" (al más puro estilo de la mafia siciliana) para impedir que alguno de ellos se atreva a denunciar lo que pasa allí adentro.
De acuerdo con testimonios de personas que han trabajado en esos lugares, de otras víctimas de abusos y maltratos, de familiares de niños y niñas internados en los refugios y de los expedientes judiciales abiertos en la Fiscalía a General de Justicia del Estado de México, ése es el modus operandi de la señora.
Extrabajadores indican que cuando ingresaron a laborar a los dos refugios tuvieron que firmar un carta de confidencialidad, mediante el cual Orozco los compromete, bajo amenazas de acusarlos penalmente, de que ninguno revele o denuncie las violaciones a los derechos humanos y los abusos sexuales que se cometen en contra de niños y niñas que son entregados por autoridades de todo el país, como los gobiernos de Coahuila, Morelos, Estado de México y la capital, a la Comisión Unidos Vs Trata. Ello, cuando esta asociación civil está obligada a proteger y cuidar a los infantes; pero, por el contrario, éstos terminan encerrados en un verdadero infierno y sin protección alguna.
Con ese acuerdo de confidencialidad, que lo mismo se aplica a la señora que hace el aseo, al chofer, al asistente, la secretaría, la abogada, los encargados de los refugios y hasta la psicóloga, Orozco pretende mantener en la secrecía los delitos que allí cometen cuando debería de haber la mayor transparencia posible, puesto que se trata de restaurar víctimas, como si un pacto entre particulares estuviera por encima de las leyes cuando se trata de delitos graves como la violación sexual y el maltrato de menores de edad.
Hasta ahora le habían funcionado las amenazas y el amedrentamiento ejercido desde el poder que le da la presidencia de la Comisión en contra de trabajadores de los dos refugios, en donde se han ocultado graves violaciones a los derechos humanos de niños y niñas, mientras que los empleados han tenido que guardar silencio por "el miedo a la señora Orozco", a quien la diputada federal panista Adriana Dávila Mendoza la acusa de usar y explotar a los menores de edad víctimas de trata para obtener beneficios económicos.
Ese acuerdo de confidencialidad lo confirmó una psicóloga que trabajó en ambos refugios, femenil y varonil, de los que fue despedida después de que se cometieron los abusos sexuales en contra de dos menores de 9 y 11 años, pues Orozco la responsabilizó de no prevenir esas violaciones.
En realidad, lo único que hizo Orozco al despedir a la psicóloga fue aparentar haber tomado sus propias medidas drásticas por si la investigación la alcanzaba por los graves hechos que se cometieron, con lo que también desviaba cualquier investigación y por tanto declaraciones que pudiera haber realizado la psicóloga. Con esa acción argumentaría ante la autoridad que además de despedirla, presentó una denuncia penal en contra de los dos menores infractores.
La denuncia debió interponerse ante autoridades de la Ciudad de México por estar ubicado el refugio de niños en la alcaldía de Cuajimalpa, pero ante el riesgo de que se hiciera una intensa investigación y se descubriera el maltrato y abuso que sufren los niños y niñas en esos refugios, Orozco decidió, en coordinación con sus abogados, que se interpusiera la acusación ante la Fiscalía General de Justicia mexiquense, en donde la autoridad es más laxa y los ministerios públicos y fiscales son "amigos y aliados de nuestro trabajo".
El personal de la Fiscalía General de Justicia mexiquense "omitió" la inspección visual del lugar de los hechos, pues se asegura que fue en la dirección del refugio en Naucalpan, pero según consta en los informes policiales las fotografías no coinciden con la ubicación que señala la denuncia.
Telefónicamente se habló con la psicóloga despedida Miriam Marmolejo, pero explicó que no puede proporcionar información al respecto, porque aun cuando ya no trabaja en el refugio, firmó un acuerdo de confidencialidad y podría tener problemas legales si decía algo sobre su función, el modelo de atención y lo que sucede en esos centros que albergan a infantes y adolescentes víctimas de trata.
Curiosamente, se ha tratado de localizar telefónicamente a otras personas empleadas sin que contesten, como es el caso de la abogada Gabriela Morales, quien figura como denunciante en la investigación y se ostenta como la apoderada de la Comisión.
Grave omisión de autoridades federales y de la CDMX
Los que también han sido negligentes y omisos por no supervisar y auditar esos refugios de menores de edad víctimas de trata, han sido las autoridades de la Secretaría de Gobernación, concretamente la Subsecretaría de Derechos Humanos que preside Alejandro Encinas; Indesol; el gobierno capitalino que encabeza Claudia Sheinbaum, pues esos delitos de violación se cometieron en la Ciudad de México y aquí ni se han enterado; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por no hacer algo al respecto; así como otros muchos organismos que dicen atender los derechos de los niños y niñas en México.
Tan no se ha enterado la jefa de gobierno de lo que sucede en esos refugios de la Comisión Unidos Vs Trata, que ha seguido canalizando a menores a los refugios en donde el año pasado se cometieron las violaciones.
Aunque uno de los expedientes abiertos ante la Fiscalía General de Justicia del Estado México (CUA/FVG/VGC/032/191902/20/08), con la causa penal 300/2020 apunta a que hubo una sola violación de un niño de 11 años cometida por dos adolescentes de 15 y 16 años, lo cierto es que otro delito en contra de un niño de 9 años, con la causa penal 299/2020, ha quedado impune porque el Ministerio Público no lo vinculó y por la supuesta apelación que no prosperó, mientras que la autoridad mexiquense no le ha dado continuidad a la investigación para volver a formular la acusación.
Ante estos hechos, y según testimonios recabados entre extrabajadores de esos refugios que piden el anonimato por el "acuerdo de confidencialidad", se presume que posiblemente estas violaciones no han sido las únicas.
Cuando Rosi Orozco menciona que los hechos ocurrieron en el predio del Estado de México (Naucalpan), confirma que tenían a niños y niñas conviviendo en el mismo refugio, por lo que se evidencia la falta de un modelo de atención, no sorprendería que haya más casos que no han sido denunciados.
En la Comisión Unidos Vs Trata, como lo declaró a Contralínea su presidenta, han hecho hasta lo imposible para que este grave caso de abuso de menores no tenga difusión y todo siga igual. Fue hasta el año pasado que se denunció a los adolescentes de 15 y 16 años por la supuesta agresión. Estos dos jóvenes -ahora detenidos en el Centro de Internamiento Para Adolescentes Quinta del Bosque, ubicado en Zinacantepec, Estado de México- provenían de Coahuila, en donde habían sido víctimas de trata, pero ante la incapacidad del gobierno de ese estado que encabeza el priísta Miguel Ángel Riquelme Solís, quien tenía la obligación de darles protección y acogida, la Fiscalía General de ese mismo estado y la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia decidieron enviarlos al refugio de la Comisión Unidos Vs Trata.
El niño de 9 años, quien según su propio testimonio rendido ante autoridades también fue violado sexualmente, aunque su causa penal 299/20 fue desechada por supuesta "falta de pruebas", proviene de Morelos, en donde el gobernador Cuauhtémoc Blanco tampoco pudo brindarle protección al que había sido víctima de trata en aquella entidad, y la Fiscalía General de Justicia de Morelos decidió entregarlo en 2018 a la Comisión que dirige Orozco.
El refugio de varones primero estuvo ubicado en un departamento de Chimalistac, Coyoacán, en donde los responsables de cuidarlos, Luis Armando Campos Flores (exvíctima de trata) y su esposa Samantha sólo trabajaban en el día y entre semana, por lo que en las noches y fines de semana los niños se quedaban encerrados y solos.
Sin cámaras de seguridad para vigilar el refugio, una de las víctimas refirió que cuando estaban solos bajaban por las computadoras para ver pornografía, pues tampoco éstas tenían control parental en los dispositivos.
Vecinos del edificio donde estaba el albergue escuchaban en las noches y sábados y domingos llantos de niños, por lo que pusieron una queja en la administración del inmueble. Ello, aunado a que el Instituto Para Devolver al Pueblo lo Robado le quitó ese departamento a Rosi Orozco, ésta no tuvo más remedio que mudar a los menores de edad al mismo predio en donde estaba el refugio de niñas, ubicado en Paseos del Bosque, en Naucalpan.
Ese refugio del Estado de México está a cargo de Ernesto Bautista Reyes y su esposa Elba Escobar Sánchez, quien junto con sus cuatro hijos conviven con las niñas víctimas de trata en un supuesto modelo inventado por Orozco de "vida en familia".
Ante la negativa de Rosi Orozco de que la violación a los dos niños ocurrió en el refugio de Cuajimalpa, propiedad supuestamente del abogado asesor de Orozco, Samuel González, se contradice con el testimonio del niño de 9 años, quien refiere en su declaración que todos esos abusos "sucedieron en Cuajimalpa y "ya pasaban desde que estábamos en Chimalistac, y Marlene [una cuidadora] se había dado cuenta, pero sólo nos dijo que no anduviéramos haciendo eso".
A pesar de que en la declaración del menor (misma que no se vinculó a proceso) se señala que los hechos sucedieron en ambas ubicaciones de la Ciudad de México, información que también ratifican los adolescentes acusados ante la defensora pública Nancy Carbajal, ante el DIF del Estado de México y los ministerios públicos, la señora Rosi Orozco niega que esto haya ocurrido en la capital del país, porque le preocupa que estas autoridades se encarguen de las indagatorias y pueda ella resultar como responsable por el mal cuidado que tiene de los menores de edad, y con ello pierda el negocio millonario que significa su "cuidado".
Por Miguel Badillo y Erika Ramírez / Contralínea